martes, 31 de mayo de 2016

Tiempo de silencio

El libro empieza describiéndonos un laboratorio donde Pedro, junto a su ayudante Amador investigan sobre el cáncer en una determinada cepa de ratones, traídos de América.
Este tipo de cáncer es hereditario y desean saber si se trata de un virus o un gen, porque en el caso de que fuera un virus se podría encontrar la cura por medio de una vacuna.
El muecas, un amigo de Amador que trabaja trayendo los ejemplares, observa un día que la tasa de mortalidad de los ratones es más alta que la de natalidad, y por ello decide robar unos cuantos y llevárselos a su chabola, donde su mujer junto a sus dos hijas los criarán.
El caso es que la mueca consigue mantenerlos con vida, y en cambio a Amador se les mueren todos. Cuando descubren que Muecas tiene ratones deciden ir a su casa a que se los devuelvan y expliquen como los han conseguido. El secreto nos es otro que el calor de los pechos de sus hijas, entre los que colocan a los ratones durante la noche.
Además hay muchas diferencias sociales; Muecas vive en una chabola en un ambiente en el que todo son drogas, prostitución, delincuencia y mala vida; Pedro vive medio aislado en una pensión con tres generaciones de lo que había sido la viuda de un héroe, es allí donde se emparejará con Dorita, una joven rubia muy guapa, nieta de la dueña de la pensión.
Mientras Pedro sale de juerga con Matías la abuela se lamenta de que el primero no se fije en su nieta. Su vida no ha sido nada fácil, rodeada de malos hombres que se aprovechaban de ella la acabarán llevando a la bebida. Tiene muchas esperanzas en Pedro ya que parece un buen partido para Dorita. Es aquí donde aparece doña Luisa, la dueña de un burdel muy frecuentado por Pedro y Matías. Esa misma noche al llegar borracho al hotel Pedro se acuesta con Dorita, a la mañana siguiente el Muecas lo va a buscar a la pensión para decirle que el estado de salud de su hija Flora es muy grave.
A partir de este estúpido accidente, Pedro se verá rodeado de diversas dificultades. Pedro junto a Amador se movilizará para conseguir el material necesario para mantener con vida a Flora.
Cuando Pedro llega se encuentra con una situación catastrófica en la que Flora está en una situación moribunda, perdiendo mucha sangre y con el que dice ser un mago.
Flora estaba embarazada de Cartucho un canalla que no es capaz de asumir su paternidad, la pobre acaba muriendo a manos de Pedro, quien pretendía cortar la hemorragia. Lo que Pedro no sabe es que el aborto ha sido provocado por el propio padre de la criatura (Muecas).
Sin declarar la muerte de Flora, ocurrida en extrañas circunstancias, y sobre la que Pedro no tenía autorización para realizar la intervención, éste se refugiará en el burdel que suele frecuentar, donde Similiano (un policía), irá a buscarlo, y lo llevará a comisaría, donde permanecerá encarcelado como presunto culpable de la muerte de Flora. A la joven de mientras le van practicando la autopsia.
Pedro estará en libertad, ya que la joven estaba muerta cuando él llegó.
Sin embargo no todo queda aquí, debido al gran escándalo que deriva de esta noticia Pedro será expulsado del trabajo y destinado a empezar una vida nueva, decide casarse con Dorita, pero esta será asesinada por Cartucho, y de este modo pagar su odio hacia él. Esto ocurrirá en la celebración del compromiso, tras esto el protagonista se desmorona, viendo como todos sus sueños se desvanecen.
La historia acaba con Pedro en un tren que se dirige a un lugar lejano, aceptando la nueva realidad y su vida cambiada por un estúpido accidente.


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